21 de noviembre de 2011

El caos de mi vida

El Caos llamó a mi puerta cuando me compré el macrocodex negro del Caos de 2ª edición. Una joya, que habré leído unas 10 veces de cabo a rabo. Más de 140 páginas, con tres listas ejércitos (marines del caos, perdidos y condenados y demonios del caos) y mucha información sobre el trasfondo de cada legión y de la armas que usaban los marines del caos (y lo más curioso el porqué eran iguales o diferentes al armamento de los marines leales). De hecho hay una serie de entradas del Descanso del Escriba que hablan de esto último.

Este magnifico codex escrito por Andy Chambers y Jervis Johnson en 1996 me mostró mi lugar en el cuadragésimo primer milenio, porque antes no sabía por qué raza decantarme (probé con contingentes a menos de 1000 puntos de marines, eldars, guardia imperial y orcos). Llegué a tener 3000 puntos (que ahora no llegan a los 2000 puntos) en un pedazo de ejercito un tanto heterogéneo (con demonios, cultistas y varias escuadras de distintas legiones) que representaba a Abaddon en alguna de sus Cruzadas Negras.

La 3ª edición me decepcionó tanto que dejé el hobby un poco aparcado, pero cuando llegó la 4ª volví a las andadas. Primero busqué una legión para homogenizar a mis marines. Con los Index Astartes de la mano (en pdf, mejor dicho) el final me decanté por la Legión Alfa. Me encanta su forma de actuar, mandando a espías para que sabotee al enemigo y le ataque desde dentro para luego atacar cuando las cosas están a su favor. O ese aspecto de crear enormes planes a largo plazo. O la idea de, que en comparación de otras legiones, estén casi toda la legión en el espacio físico, escondidos. O que usen ejércitos humanos muy parecidos a la Guardia Imperial como apoyo. Me gusta la idea de que "son del Caos pero no mucho"... Además, parte de su historia está escrita en la novela Legión de la Herejía de Horus, un libro que me dejó con la boca abierta y que recomiendo a todo el mundo que lo lea. Pero lo que llevo mal de esta legión siempre ha sido su esquema de colores (entre que GW lo cambia cada codex y que yo soy un manazas con las mezclas...).

Una vez homogeneizado busqué la manera de reciclar todas las minis viejas que pude. Cultistas descartados (hasta que los perdidos y condenados vuelvan), demonios descartados (los repinte a la espera de hacerme un ejército que me valga para 40k y para fantasy), los termis tuve que descartarlos con pena (son minis buenas pero son muy pequeños en comparación de los marines), Abaddon descartado por lo mismo que los termis y porque no me convencía en el "nuevo orden". Al final me quedé con un puñado de marines y sobre todo los marines de metal de 2ª ed (como se pueden ver en la foto de abajo) y los motoristas antiguos.

Al final, me plantee el ejército como una fuerza que ha luchado durante la Gran Cruzada (con vehículos y material muy antiguo), que nunca ha pisado el Ojo del Terror o el Torbellino por lo que no hacen pactos con demonios, y que no se han postrado ante ningún dios del caos por lo que no llevan marcas. Prácticamente lo tengo acabado a falta de un pedido a Forge World.

Por cierto, el codex del caos me costó 2.575 pts. (15,48€), que todavía tiene el precio puesto... xd

1 comentario:

  1. Este códex también marcó mis inicios en Warhammer 40000 allá por el año 97. Una maravilla. Recuerdo a los príncipes demonio y en concreto a Doombreed, que no sé por qué, siempre me pareció una reedición de Hitler en la Disformidad.

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