Antes de irme unos dias quiero colgar este trasfondo de otra Guardia Imperial. Está basado en la legión española y lo hice hace unos 10 años junto con un amigo. Cuando vuelva subier la segunda parte del texto.
Pocos
años antes de la Era
de a Apostasía, el Señor de la Guerra Ribamus, se embarcó en una cruzada para
limpiar los sistemas de la
Franja Sur. Después de arrebatar un sistema a los Orko,
planificó la invasión del sistema Zeta. Éste sólo tenia dos planetas
habitables: Zeta-3 y Zeta-4. Zeta-4 estaba habitados por una civilización
humana muy primitiva por lo que se invadió rápidamente. Pero Zeta-3, un planeta
enteramente desértico, estaba plagado de Orkos, por lo que iba a costar más.
Ribamus
planeo la invasión y la llevó a cabo: varias unidades procedentes de mundos
desérticos tomaron los territorios alrededor del único mar del planeta, que se
encontraba ocupando el polo norte, y los fortificaron. Fundaron varias ciudades
para que se establecieran los colonos, entre ellas la cuidad-cuartel de Ciudad
Zeta. Luego un contingente más numeroso aprovechando todavía el factor sorpresa
limpió el desértico planeta hasta cerca del ecuador y se preparó para aguantar
el contraataque orco hasta que llegara el tercer contingente que acabaría de
barrer el planeta de la escoria pielverde.
Pero
el tercer contingente no solo llegó tarde, también llegó con la cuarta parte de
las unidades prometidas y con la noticia de que el Comandante de Tempestus
suspendía indefinidamente la cruzada por problemas en Terra.
Mientras
duró la Era de la Apostasía, el sistema
Zeta fue perdiendo contacto con el Imperio debido a las tormentas de
Disformidad. Así que Ribamus reestructuró las tropas de las que disponía.
LAS
REBELIONES EN EL SISTEMA ZETA
Después
de un siglo el sistema Zeta siguió aislado y los dos planetas habitables
mantenían la comunicación por medio de naves que viajaban por el espacio real.
Durante todo este tiempo los soldado de Zeta-3 intentaron avanzar mas allá del
ecuador del planeta con la ayuda de los soldados de Zeta-4. Pero de pronto,
Zeta-4 empezó a sufrir revueltas por todo el planeta y cortó las comunicaciones
con sus vecinos. El Capitán-General Mandelais, gobernador de Zeta-3, organizó
una expedición a Zeta-4 con la pequeña flotilla que disponía para averiguar lo
sucedido, pero se tuvo que interrumpir cuando los trabajadores de las
industrias de la ciudad de Tangran se rebelaron. Los rebeldes creían en las
extrañas y oscuras deidades que se adoraban antiguamente en Zeta-4, con
promesas de poder y riquezas a cambio de derrocar a los seguidores del tirano
Emperador. Pronto se alzaron por todas las grandes ciudades del planeta
rebeliones que eran aplacadas gracias a la brutalidad de las fuerzas
planetarias. La situación empeoró cuando la flotilla de Zeta-4 apareció llena
de efectivos para apoyar a los rebeldes.
A
todo esto la 1ª Compañía estaba emplazada a lo largo del frente contra las
tribus de Orcos sin saber gran cosa, hasta que llegó un comunicado de Ciudad
Zeta. El capitán de la compañía, reunió a sus oficiales, entre ellos al
Teniente Stratto del 2º pelotón. Stratto era un veterano militar combatido
durante uno de los peores Waaagh que sufrieron las tropas imperiales. La noche
antes de la partida de las tropas Stratto y su pelotón desapareció en los
desiertos, sin comunicar sus intenciones a nadie.
La
1ª llegó a tiempo para enfrentarse a los rebeldes a las puertas de la capital,
pero tras una dura batalla descubrieron que solo era la avanzadilla, el
verdadero ejército llegaría al día siguiente.
La
1ª compañía se replegó dentro de la capital para defenderla lo mejor posible.
Durante un mes sufrieron un duro castigo y poco a poco empezaron a perder
posiciones hasta que los supervivientes se tuvieron que replegar al Palacio del
Capitán-General del planeta. Pero en ese momento una horda de orcos procedentes
de los desiertos atacó a las fuerzas rebeldes. Al frente de la horda estaba el
teniente Stratto y sus hombres. Stratto, conocedor de la psicología orka, se
había recorrido todo el desierto enfrentándose a los mayores kaudillos Orkos y
había creado un Waaagh de grandes proporciones.
La
titánica batalla duró varios días, y los rebeldes fueron engullidos por la
marea verde. En el apogeo de la lucha Stratto se enfrentó al general rebelde y
aunque Stratto murió en la pelea, el general quedó gravemente herido.
Tras
la muerte de Stratto la mayoría de orkos volvieron a los desiertos. El ejército
rebelde quedó reducido a un puñado de pequeñas bandas desorganizadas que fueron
erradicadas en las siguientes semanas.
LA EXPEDICIÓN
Después
de varios siglos, la tormenta de disformidad se disipó y una fuerza
expedicionaria Imperial llegó al sistema Zeta. Al acercarse al corrupto planeta
Zeta-4 fueron atacados, pero las fuerzas respondieron con un ataque orbital
masivo que destruyó toda forma de vida. Al llegar a Zeta-3, encontraron todo lo
contrario, un planeta que se había mantenido fiel al código Imperial. El
planeta seguía dividido en dos por un Cinturón de fortificaciones defendidas
tanto por unidades de la FDP
como por tribus de Orkos, que están asociados a la FDP a cambio de chatarra y el
derecho a saquear en el caso de haber confrontación. Es una medida altamente
irregular, pero de otra manera se necesitaría miles de soldados para vigilar el
Cinturón.