Hoy voy a hablar de
unos de los juegos de mesa que se está convirtiendo en un clásico: El
Ciudadelas y que ganó el premio al mejor juego del año el mismo año que salió
al mercado.
Es un juego de 2 a 7
jugadores, en el que cada jugador intentará ser la persona más importante y poderosa de la ciudad. En cada turno cada uno de ellos escogerá en secreto un rol
y será revelados por el siguiente orden:
- El asesino: declara
a quien asesina. El personaje asesinado no podrá hacer nada en ese turno.
- El ladrón: declara a
quien roba.
- El mago: puede
cambiar sus cartas por las de otra persona o cambiar cualquier número de cartas
de su mano por otras en el mazo.
- El rey: es el que
empezará el juego en el siguiente turno. Además de que podrá recoger una moneda
adicional por cada distrito Nobiliario que posea.
- El obispo: No podrá
ser atacado por el condotiero. Además de que podrá recoger una moneda adicional
por cada distrito Religioso que posea.
- El mercader: Gana
una moneda adicional. Además de que podrá recoger una moneda adicional por cada
distrito Mercantil que posea.
- El arquitecto: Gana
dos cartas de distrito adicionales.
- El condotiero: Puede
destruir cualquier edificio de otro jugador por una moneda menos de lo que le
costó. Además de que podrá recoger una moneda adicional por cada distrito Militar
que posea.
En cada turno, se
descartan al azar el número de roles que sobren (si juegan 5 jugadores, sobran
3 roles, si juegan 6, sobran 2 roles; etc) y desde el jugador que fue el rey en
el turno anterior se van pasando el mazo de roles. Cada jugador elige uno en
secreto. El último jugador incorpora los roles descartados y elige uno. De esa
manera nadie sabe quien tiene quien. El anterior rey va llamando en orden a
cada personaje y cada uno de ellos coge dos monedas o roba una carta de
distrito. Y si tiene dinero, construye un distrito.
Hay 5 tipos de
distritos: Nobiliarios, Mercantiles, Religiosos, Militares y Maravillas. Las
últimas suelen ser caras pero tiene reglas especiales muy interesantes.
El juego se para
cuando alguien llega a construir 7
distritos. Luego se hace un recuento de puntos. Cada distrito cuenta las
monedas que cuesta. Además te dan puntos las reglas especiales de algunas
maravillas, ser el primero en acabar, tener los 7 distritos en el último turno
y tener por lo menos un distrito de cada uno de los cuatro primeros.
Como veis, es un juego
de intriga y diplomacia. Hay que tener en cuenta y recordar los movimientos de
cada uno de los jugadores, deducir que rol lleva cada uno (por medio de los
distritos que tenga y de las cartas de rol que te acaban de pasar para elegir)
y actuar en consecuencia modificando la estrategia. Con el asesino y el ladrón
puedes hacer la puñeta a los otros jugadores, mientras que el resto de papeles
funcionan para avanzar en tu estrategia. Un juego 100% recomendable.
Además, las ediciones
nuevas viene también con la ampliación para jugar con más jugadores y/o con
otros roles más específicos (y bastante brutales en algunos aspectos) como el
Emperador (que hace que da a otro jugador los privilegios de ser rey,
quitándoselos al rey) o la Bruja (que obliga a un jugador ha hacer lo que ella
diga en ese turno). Esto hace que aquellos que se aburran de jugar al juego
convencional intenten otras cosas nuevas, dando muchas posibilidades al juego.
Un buen articulo.
ResponderEliminar+1...a lo de muy recomendable :-)
un pequeño juego, fácil de aprender a jugar... y un poco mas difícil para aprender a jugar bien: con estrategias y aprovechando los distintos personajes...
Bien dicho, compañero. Eso es lo que me ha faltado por decir.
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