Y cambiamos de tema. Estos
días de verano he tenido algunas tardes de juego, con juegos que ya he jugado y
alguno que otro nuevo.
Hoy voy a hablar del
Puerto Rico, un clásico de los juegos de mesa actuales, un juego con una
mecánica que ha dado lugar a otros posteriores como el Santiago de Cuba. El
juego está ambientado en la época de la colonización española de la isla y los
jugadores representan a ricos terratenientes que buscan prosperar por encima
del resto.
Se coloca el tablero
central y a cada jugador se le da un tablero que representa sus solares en la ciudad de San Juan y sus tierras a las
afueras. También se colocará los pequeños tableros de comercio, del barco de
colonos y los tres tableros de barcos mercantes, además de las pilas de tierras
de cultivo y canteras y las fichas de los 7 personajes con los que trataremos.
Por último sobre el tablero central se colocan los edificios que se podrán
construir a lo largo del juego.
Dependiendo del número
de jugadores (de 2 a 5) en la reserva se colocan un grupo de colonos (en la
primera edición eran esclavos africanos, que aunque históricamente fuera
cierto, hoy por hoy es políticamente incorrecto) y unos puntos de victoria. Se
selecciona al azar el jugador inicial (llamado Gobernador de la isla). Cada
jugador recibe tres monedas, un colono y, dependiendo del orden de inicio, unos
edificios o plantaciones específicos.
Al inicio de la ronda,
el Gobernador elige uno de los personajes, haciendo lo que éste permita más la
habilidad especial. El resto de jugadores, por orden, van realizando lo que ese
personaje permita. Cuando el último jugador ha hecho su acción, es el momento
en el que el segundo jugador elija otro de los personajes, realizando la acción
y la acción especial que dicho personaje permita, mientras que el resto de
jugadores realizan la acción. Y así hasta que todos los jugadores han elegido
un personaje y el resto han completado sus acciones. Al acabar la ronda, se
vuelven a colocar las fichas de personaje y se pone una moneda a cada personaje
no usado (una manera de incentivar ciertos personajes).
Los personajes son los
siguientes:
- El alcalde. Cada
jugador, por orden, va cogiendo un colono del barco de colonos hasta agotarlos.
Además, el jugador que lo ha seleccionado recibe un colono más de la reserva.
En esta fase todo el mundo puede recolocar colonos de su tablero. Una vez
terminado se vuelve a recargar el barco de colonos
- El colonizador. Cada
jugador puede coger un campo de cultivo de la pila y colocarlo en un hueco
libre de su tablero. El jugador que lo ha seleccionado puede cambiar el campo
de cultivo por una cantera. Todos los cultivos no seleccionados de la pila se
descartan.
- El constructor. Cada
jugador puede comprar un edificio de los disponibles en el tablero central y
colocarlo en uno de sus solares. Al jugador que lo ha seleccionado le cuesta
menos un edificio.
- El capataz. Cada
jugador recibe tantas mercancías como puede producir (es decir que necesita un
campo de cultivo de un recurso más una fábrica de ese recurso y que ambas
tengan colonos trabajando). El jugador que lo ha seleccionado recibe un recurso
extra.
- El mercader. Cada
jugador pone a vender un recurso en el tablero de mercado. Cada recurso cuesta
un dinero y solo puede haber un tipo de recurso a la vez. Además es obligatorio
poner recurso si se tiene y el mercado no se vacía hasta que no se llenen todos
los cuadros. El jugador que lo ha seleccionado recibe aun moneda extra.
- El capitán. Cada
jugador debe (si puede) cargar los barcos con sus recursos. Hay solo 3 barcos y
cada barco solo puede llevar un tipo de recurso. Cada barco, solo se vacía
cuando sus bodegas se llenen. Cada recurso cargado es 1 punto de victoria. El
jugador que lo ha seleccionado recibe un punto de vitoria adicional. Además,
cada jugador pierde todos los demás recursos que tiene almacenados excepto uno
(es lo que tienen los productos perecederos).
- El buscador de oro.
Solo afecta al jugador que lo ha seleccionado, dándole una moneda extra.
El juego se acaba
cuando no quedan más puntos de victoria en la reserva, o no quedan más colonos
para llenar el barco, o alguien llena todos los solares de San Juan. Una vez
acabado todo el mundo cuenta los puntos de victoria acumulados, más 1 punto por
cada 3 recursos guardados, más los puntos que cuesta cada edificio y más los
puntos extra que dan algunos edificios (siempre y cuando tenga un colono
trabajando en él). Y como siempre gana quien más puntos de victoria saca.
Como veis, para ser un
juego de recursos no es muy complejo. Una vez cogida la mecánica el juego es
dinámico y ágil. Se puede planear una gran cantidad de estrategias para llegar
al mismo final conseguir la mayor cantidad de puntos de victoria, porque son
limitados. También hay que proveer que personajes pueden coger los otros
jugadores para elegir el tuyo en esa ronda, que te puede beneficiar a ti y
perjudicar al resto, o que recursos recolectan los demás.
Inconvenientes: muchas
fichas, marcadores y tableros que hacen que se tarde en montar y desmontar.
También es un juego que al principio de una partida cuesta arrancar y puede
llegar a ser exasperante y darte la sensación de que no avanzas, al principio
haces pequeñas acciones para realizar tu estrategia, solo cerca del final es
cuando los jugadores consiguen recursos y dinero para conseguir hacer acciones más
complejas.
Es un juego, que junto
a algunos nombres como el Colonos de Catan o el Viajeros al Tren, no deben
faltar en una bueno ludoteca.
Nunca lo he probado!
ResponderEliminarPero viendo tu recomendación... no tardaré
Esta genial, es un clasico de las ludotecas, pero a lo mejor ahora es mas complicado de ver, porque por su edad puede ser un juego descatalogado o en vias de estarlo.
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