Después de un genial finde, un día de reflexión.

Hoy me he levantado un tanto reflexivo, ya veréis porque. Como ya dije, el finde anterior me fui a Madrid a ver el Expomanga de este año. La verdad es que fue una experiencia genial, me sentía como un niño en una juguetería, queriendo ver todo (lástima que al final no pudo comer Ramen, que me apetecía probarlo, pero las colas eran enormes). Y me acabe comprando algunas cosas, entre ellas unas gafas un tanto Steampunk (me encanta esa estética). En esta excursión me acompañaba la persona que últimamente me lleva a todos estos eventos.

Hace dos meses escribí esta entrada hablando de esta chica fenomenal, con la que ahora comparto mi vida (que vuelta que da la vida, quien me lo iba a decir), una persona que cada día me hace ser más "friki" y menos "solitario" (al final me veo cambiándome el nombre, barajaba llamarme solamente el Friki, pero de esos hay muchos por aquí. Otro sería  "el bloguero anteriormente conocido como el Friki Solitario". Ya veré...).

Pues como iba contando, por la tarde, mi guía, experta también en estos menesteres, me hizo un tour por las tiendas frikis cercanas a Callao como Elektra Comic o Metropolis, grandes tiendas llenas de cosas que me molan. Pero el colofón fue cuando vi Atlántica Juegos, pensé que había muerto y había ido al cielo, ante mi tenía una enorme tienda llena de minis y escenografía de todas las compañías, algunas conocidas y otras que nunca había oído. No sabía dónde mirar... A ver, me he pasado 8 años de mis 30 en Madrid, casi un tercio de mi vida, y todavía no he visto la vez que me haya perdido. Pero cuando vuelvo me sigo pareciendo a Paco Martínez Soria, pero sin la boina y la gallina debajo del brazo, tal vez porque llevo 20 años viviendo en Salamanca y me he acostumbrado a mi ciudad, pero me asombro de muchas cosas que veo en Madrid. No me gustaría volver a vivir en esa ciudad, pero hay cosas que me encantan de ella.

En conclusión, fue un buen sábado para recordar, eso sí, cansado.