4 de mayo de 2018

Juegos de Mesa: Azul


Y ahora vamos con el otro juego que ha sido la sensación del 2017, junto con el Terraforming Mars, y que ha causado revuelo en la feria de Essen del año pasado, volando todas las copas que los creadores llevaron para vender. Aquí en España llegó el 6 de abril, y aquí en Salamanca todos los ejemplares traídos ya estaban reservados.




Es un juego abstracto para 2 a 4 jugadores y no es necesario ser muy “jugón” para echarte una partida. Cada jugador representa a un constructor al servicio del rey Manuel I de Portugal, que tras visitar la Alambra quiere decorar su palacio con azulejos de colores y que busca hacer la composición que más agrade al rey, pero para eso hay que lidiar con los fabricantes de azulejos…



Según el número de jugadores se coloca en el centro de la mesa, en círculo, los “muestrarios”. Cada jugador coge su tablero (con sus casillas de reserva, mosaico y suelo) y un marcador que se pondrá en 0. Cada muestrario va a tener 4 azulejos. Y se elige el jugador inicial que colocará la ficha de jugador inicial en el centro de la mesa.



Empezando por el jugador inicial, cada jugador coge todas las losetas del mismo color de un muestrario, y el resto de fichas se colocan en centro, junto a la loseta de jugador inicial. O, también puede coger todas las fichas de un mismo color que se encuentren en el centro, siendo el primer jugador que haga esto el siguiente jugador inicial. Una vez cogidas, debe colocarlas en su reserva con las siguientes reglas:

- solo se coloca en una de las filas por vez (no vale repartir azulejos entre filas).

- se puede completar una fila iniciada pero con azulejos del mismo color.

- a cada fila de la reserva le corresponde una fila del mosaico, por lo que si en esa fila de mosaico ya está instalado un azulejo de un color, en la reserva no se puede volver a poner ese color.

- si al colocar los azulejos te acaban sobrando, esos se colocan en la sección de suelo.



Una vez que todos los azulejos de los muestrarios y del centro han sido cogidos, se acaba la ronda y empieza la puntuación. Cada fila de la reserva que esté completa, se instala un azulejo en la fila del mosaico correspondiente, y el resto de la fila de la reserva se descarta. Cuando se instala el azulejo cuenta su valor más el de todos los azulejos que toque en esa fila, y su valor más el de todos los azulejos que toque en esa columna. Una vez sumados, se restan los azulejos del suelo (que representan los azulejos descartados, por exceso de producción defectos… cosas que el señor rey de Portugal no tolera). Se inicia una nueva ronda con el primer jugador que haya cogido azulejos del centro.



El juego se acaba en el momento que alguien consigue cerrar una fila de azulejos del mosaico. En ese momento se acaba la ronda y se contabilizan los puntos finales. Gana quien más puntos consiga.



Advertencia: es más complicado de lo que en principio parece. Es una mecánica muy simple pero tiene una buena complejidad a la hora de jugar, ya que, dependiendo del número de azulejos con los que empieza la ronda, buscarás rellenar la reserva (que va en pirámide, cada fila es más grande que de arriba), a la vez que intentas hacer combos juntando azulejos en el mosaico, y a su vez viendo cómo puedes bloquear a los rivales… La estética muy cuidada, el material tiene mucha calidad y es agradable a la vista y al tacto. El despliegue es muy reducido, en una mesa pequeña pueden jugar las 4 personas.



Y si, juegas varias veces y lo acabas dominando, los tableros tienen una cara B con un modo diferente de juego: el mosaico está en blanco, para que los jugadores tengas más libertad para hacer su esquema (y más libertad para hacer combos más bestias), aunque a priori parece más sencillo, hay que dominar la cara A para saber que nuevas posibilidades da la cara B. Un juego muy muy recomendable.

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