Ahora que tengo una
sobrina pequeña, a la que queremos meter en los juegos de mesa, nos encontramos
con un problema: la mayoría de juegos son a partir de 8 años y los infantiles son
6 años… pero en la franja entre 6 y 8 no hay mucho donde elegir. Algunos de 8
se pueden simplificar (como el Carcasonne) y otros infantiles se le pueden
meter reglas extra para complicarlos un poco… pero son parches. Eso no pasa con
el Laberinto Mágico, un juego de a partir de 6 años y que puede gustar a los
adultos. De 2 a 4 jugadores. La pega es que está descatalogado desde finales del año pasado, pero todavía
se suelen ver en muchas tiendas.
Los jugadores son
aprendices de mago que tiene que pasar su última prueba para ser licenciados
como magos y es a base de conseguir cinco símbolos dentro de un laberinto
invisible. El tablero está configurado a dos niveles, el de abajo, con una
serie de ranuras, antes de empezar la partida, se colocan unas fichas de madera
con las que entre todos, forman el laberinto. Según el nivel de dificultad, se
ponen entre 19 y 24 fichas. Una vez completado se coloca encima el tablero
superior, donde nos marcan las casillas con símbolos. Todo el tablero se gira
varias veces para que los jugadores olviden la forma del laberinto y cada
jugador coloca su mago en una de las esquinas.
Las fichas de los
magos están imantadas por debajo, para colocar al mago en el tablero y una
bolita de metal debajo del tablero, sujeta por las fuerzas magnéticas.
Al empezar el juego se
coloca al azar una ficha de cartón con un símbolo, en la casilla que tenga ese
símbolo. Todos los jugadores tienen que ir a por él lo antes posible.
En el turno de cada
jugador tira 1D6 que indica cuantas casillas se mueve la ficha (en horizontal o
vertical, no en diagonal). Si el mago se mueve de una casilla a otra que no
haya muro, no hay problema, pero si hay un muro por debajo, la bola se desprenderá
haciendo ruido y señalando que el jugador se ha equivocado de camino y tiene
que volver a empezar en su esquina.
Quien llegue a la
casilla se la queda y se saca otra ficha con símbolo nueva. Y así hasta que un
jugador llegue a su 5ª ficha que ganará el juego.
Un juego sencillo, rápido,
fácil, pero que engancha a niños y mayores. La memoria es fundamental, y al
principio haremos rutas a ensayo y error hasta trazar un camino. La suerte también
ayuda, ya que salgan las fichas cerca de tu esquina te da más posibilidades de
que la consigas.
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