White Dwarf 7 y mi primera revista

Esta revista la recuerdo con mucho cariño porque fue la primera que tuve y estuvo un año encima de mi mesilla. El día de reyes de 1992 mis padres me regalaron el Cruzada Estelar, algo que no me espera y resulto ser un juego muy entretenido. Fue una de esas cosas que, así por la tontería, me acabaría cambiando la vida. Al curso siguiente conocí a un chaval, un curso menor que yo que tenía el HeroQuest y conocía el Cruzada Estelar por su hermano mayor, y me enseñó que había algo más que el juego de mesa, había todo un universo, una historia y un juego más grande: Warhammer 40.000. Poco después conocí a su hermano mayor que me introdujo en los juegos de rol y en el universo de Games Workshop. Ya fascinado por el mundo del 40k, recuerdo haber acompañado a mi madre a principios de diciembre para llevar mis viejos juguetes a una parroquia y de vuelta vi en un kiosco la WD7 y decidí comprármela.

Dentro Jervis Johnson y William King escriben sobre el codex de los Lobos Espaciales (historia, organización y fotos de minis). Dos artículos de Rick Priestley sobre el Príncipe Imrik de los Altos Elfos y el tanque Leman Russ (que aparece por primera vez). Este último artículo es el culpable de que me vuelvan locos los Leman Russ. Un artículo de Jervis Johnson sobre los Orkoz de Azalto, esos que iban como soldados nazis con esos inestables retrocohetes (eran geniales a mi contingente de orkos le compre una unidad). Y por último un informe de batalla entre los No-Muertos y el Imperio de 22 páginas. Para hacerlo más emocionante el informe era doble, por un lado la batalla principal y por otro un contingente de kislevitas buscan abrirse paso para llegar a la batalla para ayudar al Imperio. Antes los informes de batalla era lo que más me gustaba de las WD por esos detalles tan curiosos que tenían.

 

 WD 7

Y como regalo, un poster gigante con muchas minis pintadas por 'Eavy Metal y la lista de la gama de colores de las pinturas Citadel.