Hoy voy a hablar de un
juego para jugones llamado Gloria a
Roma. En ella encarnamos a un patricio romano que, tras el famoso incendio de
Roma durante el reinado de Nerón, tenemos que reconstruir la ciudad.
A cada jugador se le reparten
el tablero (donde esquemáticamente se resume las acciones del juego) y 5
cartas, de las cuales una tiene que ser un senador. Además, en el centro de la
mesa se colocan los distintos montones de solares (del centro y del
extrarradio) y las cartas de reserva.
Las cartas valen para
todo, cada carta viene con el edificio que se puede construir (con el valor de
su influencia y sus efectos), el tipo de profesional que se puede usar y el
material que tiene.
El jugador que es su
turno puede "pensar" (que consiste en robar tantas cartas hasta
llegar 5 en la mano, robar una carta o robar una carta de senador) o tira una
carta usando una profesión, además de usar un "cliente".
Las profesiones son
las siguientes:
- Patrón, recluta a
alguien de entre las cartas de la reserva, convirtiéndolo en cliente, es decir,
que lo puedes usar siempre que quieras sin arrojar carta.
- Obrero, recoge un
material para tu almacén de entre las cartas de la reserva
- Artesano, sirve para
construir un edifico que tengas en la mano o añade un material a un edificio en
construcción desde tu almacén.
- Arquitecto, sirve
para construir un edifico que tengas en la mano o añade un material a un
edificio en construcción desde la reserva.
- Mercader, convierte
una carta en un tesoro.
- Legionario, elige
una carta de material de la reserva y exige a los jugadores de cada lado que te
den una carta de ese mismo tipo. El material va todo a tu almacén.
Luego está el senador,
que es un comodín que vale para representar cualquiera de las profesiones.
Una vez que el jugador
que tiene el turno a realizado una acción, todos los jugadores en orden pueden
"pensar" (como ya indique arriba) o "seguir", que consiste
en hacer la misma acción que el jugador (usando un profesional de su mano o un "cliente").
Para construir un
edificio, el jugador usa un arquitecto o artesano y el edificio de su mano.
Dependiendo del edificio utilizará un material u otro y por tanto un tipo de
solar u otro. Cuando se agota un tipo de solar, se pasa a los solares del
extrarradio de ese tipo, que necesitan dos profesionales del mismo tipo para
empezarse a construir. Luego se usa un arquitecto o artesano para ir añadiendo
materias primas al edificio hasta que está construido, en ese momento se
cumplen los efectos del edificio y el jugador se queda con la influencia que da
el solar. La influencia es muy importante, porque además de ganar, es lo que te
marca la cantidad de clientes.
El juego acaba cuando
todos los solares del centro de la ciudad se agotan. Se contabilizan las influencias,
tesoros, etc, y el jugador con más puntos gana.
Para mí, el juego es
bastante complejo y hasta que no juegues varias partidas no coges la mecánica
con fluidez, no apto para jugadores ocasionales o juegos en familia. El hecho
de tener que jugar en tu turno y en el turno de los otros jugadores (y por
tanto pensado constantemente en la estrategia a seguir en un entorno en
constante cambio) y que cada carta tiene un montón de indicaciones y valores, hace
que uno se lie con las cartas o acabe perdiendo el rumbo en menos de nada. Es
un juego dinámico para los que no le gustan mucho el azar, ya que aquí prima la
estrategia por encima de la suerte.
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